Dresden

En mi opinión Alemania es un país subestimado  turísticamente hablando. Berlin y Munich son populares para visitar pero poco más se sabe de las bellas ciudades del país germano. Personalmente recomendaría que si en algún momento de vuestra vida decidis visitar la capital alemana, dediquéis un día a una fantástica ciudad muy cerca ya de la frontera con República Checa: Dresden.

Dresden debe una gran parte de su encanto a haber sido residencia de la realeza sajona, hecho que hizo que su arquitectura sea digna de una ciudad imperial y le valga el nombre de “La Florencia del Elba”. Y es que dicho rio refleja los imponentes palacios e iglesias de Dresden a su paso por la ciudad, y en la noche la convierte en un lugar mágico.

Pero esta ciudad también es sinónimo de fuerza y capacidad de superación. En 1945, durante la II Guerra Mundial Dresden fue uno de los lugares más afectados por los bombardeos, que dejaron sus calles y edificios reducidos a escombros. A lo largo de toda la ciudad imágenes recuerdan el horror de la guerra, pero también la tenacidad de sus habitantes para reconstruir la ciudad en tan poco tiempo y borrar la huella de aquélla pesadilla.

Por todo ello, por la majestuosidad de sus calles y la historia entre sus ladrillos, es mi ciudad favorita de Alemania.  Y por eso también os recomiendo que un día, sólo uno os perdáis en ella, con un poco de suerte encontréis un cuarteto de cuerda tocando en alguna plaza de la ciudad y os déis cuenta de que puede llegar a ser un lugar perfecto. B.