Y no es cuestión de racismo ni de la distancia entre enamorados, la causa se encuentra en los hábitos y costumbres y en el ritual de la conquista. Debo decir que la incompatibilidad se da más en la combinación mujer norteña -hombre sureño y que existen excepciones a la regla general, enseguida voy al grano. En este punto radica el verdadero problema:
¿ Qué mujer de Castilla para arriba no ha sido blanco en alguna ocasión de la “guasa” de un andaluz o un extremeño ( preferiblemente en la barra de un bar ) con una cuestión similar a esta : “chiquilla, de verdad, que secas sois las niñas del norte ¿eh? No tenéis arte, no tenéis duende ea “ ? Supongo que, con semejante carta de presentación este individuo espera que le contestes:
No sé si ellos se pasan el día dando palmas o bailando sevillanas pero deberían saber que con este repertorio de “con lo gracioso y salao que soy yo y lo sosa que tú eres “ no conseguirán sus objetivos románticos ♥ . Con todo, habrá algún alma cándida que le ría la gracia, en este caso,
existen dos opciones justificativas: 1. La desesperación 2. Esa chica no es una verdadera chica del norte. B.
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