16 junio, 2011

Vacanze Romane

De vez en cuando me da por remover el pasado  y me pongo a ver cine clásico, y es que con cada película que veo me engancho más. Una de mis favoritas es Vacaciones en Roma con los siempre estupendos Audrey Hepburn y Gregory Peck.
Cuando veo los clásicos no puedo evitar recordar eso de que menos es mas. Podríamos pensar que con tantas historias ya contadas en el cine, es necesario mucho más para complacer al público (cada vez más exigente), con argumentos enrevesados y complejos que te hagan estar alerta toda la película. Sin embargo, la trama de estas películas no es tan retorcida y complicada como en el cine moderno, y esa sencillez es precisamente lo que hace que te lleguen y te emocionen de una manera totalmente diferente.

Y entonces ves Vacaciones en Roma, y como una ya ha visto muchas películas, se hace la lista y piensa "ya sé lo que va a pasar" y es que el argumento parece llevarnos a un tremendo malentendido final, con discusión descomunal, orgullo herido, finalmente una reconciliación de lo mas ñoña y el vivieron felices y comieron perdices. Nada más lejos de la realidad. La película representa las peripecias de una amistad feliz y sencilla entre los personajes, sin vueltas ni equívocos, a través del encanto y simpatía de los protagonistas.
Aquí os dejo un par de curiosidades por cortesía de la edición coleccionista que me regalaron hace tiempo:
Durante el rodaje, Gregory Peck decidió gastar una broma a Audrey Hepburn en la escena de la boca de la verdad, escondiendo la mano en la chaqueta como si se la hubiesen cortado. La reacción de Audrey fue tan espontánea que decidieron incluirla en la película.
La película recibió un Óscar a mejor argumento. Otro a mejor vestuario, la verdad es que era bastante impresionante.
Por último Audrey se llevó el Óscar a mejor actriz, era su primer papel en Hollywood, ¡fue llegar y besar el santo! L.

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