Esta mañana me levanté pensando en aquel chico, que me robó la razón durante un par de años (como ningún otro) y con el que la cosa no pasó más allá de un montón miradas, sonrisas, conversaciones tontas y por fin una noche cuatro besos, él se olvido pero yo no; entonces se acabó la "magia" (siento la cursilada) y yo me quedé preguntándome día tras día ¿Por qué?. Y a pesar de que ahora ya no me importa (o eso creo, nunca se está a salvo de tropezar con la misma piedra) de vez en cuando esa pregunta acude a mi cabeza. Cada vez que eso ocurre no puedo evitar hacer repaso a otras tantas historias interminables, que son como espirales o caminos que se cruzan y que se desdibujan sin saber a donde habrían llegado y me pregunto ¿Cómo hubiera sido? ¿Cómo hubiéramos sido? ¿Las señales de humo blanco eran ciertas?.
Hace poco me encontré con el ladrón de cordura y por un instante no me hubiese importado enredarme nuevamente con él, lo que aun no tengo claro es si por dar respuesta a mi eterna pregunta ¿si tu y yo..? o por distraerme de otro que últimamente me ronda la cabeza y que tiene visos de entrar a formar parte del “top ten” de mi lista de espirales. V.
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