Aires estivales

Yo se que lo mío con el calor es algo casi patológico. Que lo normal no es ser tan excesivamente calurosa hasta el punto de llevar un abanico siempre en el bolso, llueva, nieve o haga sol. Que el abanico puede ser un poco molesto para los de alrededor en según qué ocasiones (porque el abanico suena cuando te abanicas). Que lo normal es usar los abanicos cuando llega el calor. Por eso la llegada de los cálidos aires estivales es la excusa perfecta para sacarlos a pasear. 

Quiero recordar antes de nada lo elegante que resultaba antiguamente este complemento, su lenguaje secreto, el significado que encerraba cada gesto, convirtiendo en un juego de señas el arte del flirteo y la seducción entre hombres y mujeres. (No parece haber mucho consenso sobre el tema, pero este enlace me ha gustado).

Y es que durante mucho tiempo me he sentido un poco extraña cuando llevaba el abanico ya que a mi alrededor no faltaba nunca alguien que me hiciese algún comentario bromista del tipo "¡ya estás abuela!" o "ay, la menopausia que mala es..." Y la verdad es que yo también, en el fondo, siempre había asociado los abanicos principalmente con la gente mayor, a pesar de que para mí es un indispensable en el bolso, y más en verano.

 

Sin embargo desde hace un tiempo (dejando a un lado los artesanales, que pueden llegar a ser auténticas obras de arte) cada vez veo más abanicos en las tiendas y cada vez son más juveniles y divertidos. Aquí os dejo algunos de los que más me han gustado por si alguna también es asidua a este tipo de complementos.

Los de Accessorize son divertidísimos y muy baratos, aunque no sé si los que tienen mango serán muy prácticos.

 

Están también los míticos de Ale-Hop en todos los colores habidos y por haber, lisos, calados, en madera y también unos bastante flamencos. De estos tengo ya unos cuantos.

También con plumas, volviendo al tema del otro día, aunque en este caso habría que escoger bien ya que corren el riesgo de parecer un plumero. L.